Ser joven en Puerto Rico es vivir una etapa llena de sueños, energía y planes por cumplir. Pero si hay algo que he visto repetirse en muchas conversaciones con jóvenes como tú, es la idea de que los seguros “son para después”, o peor aún, que son un gasto innecesario. Y oye, yo lo entiendo. Cuando uno está arrancando su vida adulta, lo último en lo que piensa es en cosas que suenan a complicaciones o papeleo. Pero déjame decirte algo: esa percepción te puede salir cara.
Los riesgos no tienen edad. Un choque mientras vas a la universidad, una caída que termine en el hospital, o un incendio en tu apartamento alquilado… son cosas que no avisan. Y cuando llegan sin que estés preparado, pueden desestabilizar todo: tus ahorros, tus metas y hasta tu tranquilidad.
Por eso, quiero hablarte de cómo los seguros no son solo para los “mayores” o para los que ya tienen familia. En realidad, hay pólizas pensadas especialmente para jóvenes como tú, que están dando sus primeros pasos con responsabilidad.
Por ejemplo, si tienes carro, ya sabes que en Puerto Rico el seguro es obligatorio. Pero más allá de cumplir con la ley, tener una buena cubierta te protege de gastos médicos, daños a terceros o al vehículo. Imagínate tener que pagar todo eso de tu bolsillo… una deuda así puede ponerte en pausa por años y hasta hacerte perder tu licencia.
Otro tipo de seguro que a veces se deja pasar es el de salud. Muchos jóvenes siguen bajo el plan de sus padres, pero llega el momento en que toca independizarse. Tener tu propio plan de salud no solo te da acceso a servicios médicos sin preocuparte por facturas enormes, sino que también te permite cuidar de ti desde ahora con beneficios preventivos. Créeme, tu salud no puede esperar.
Y si vives alquilando un apartamento, ojo con esto: el seguro del dueño no cubre tus cosas. Una póliza de inquilino te protege si roban, hay un fuego o una fuga de agua que dañe tus pertenencias. Y lo mejor es que es súper accesible. No tienes que gastar una fortuna para proteger tus muebles, tu computadora, tu ropa… todo eso que tanto te ha costado conseguir.
Incluso el seguro de vida a término puede ser una jugada inteligente, aunque no tengas hijos todavía. Si tienes deudas, como préstamos estudiantiles, o si en algún momento piensas en dejarle algo a alguien, es una forma responsable de pensar en el futuro sin que te cueste mucho hoy.
Ahora, yo siempre digo: hay que dejar de ver el seguro como un gasto. Es una inversión. ¿En qué? En tu paz mental, en tu estabilidad financiera, en tu capacidad de seguir avanzando sin miedo a lo que pueda pasar. Los seguros te ayudan a evitar deudas imprevistas, a construir un futuro sólido, y a demostrar que estás tomando el control de tu vida con responsabilidad.
Conozco muchos casos de jóvenes que han podido seguir estudiando o trabajando porque tenían el seguro adecuado en el momento justo. Como el estudiante que evitó una demanda luego de un choque, o la profesional que perdió todo en un fuego… menos su tranquilidad, porque tenía una póliza que le cubrió sus pertenencias. O el emprendedor que pudo recibir tratamiento médico sin afectar su presupuesto de negocio. Eso es lo que quiero que entiendas: el seguro te da poder.
Así que mi recomendación es clara: no esperes a que pase algo para actuar. Tómate el tiempo de investigar, comparar y hablar con un agente de seguros (como yo 😉). Hay opciones para todos los presupuestos, especialmente para jóvenes. Y lo más importante: vas a tomar decisiones desde la información, no desde el miedo.
Yo estoy aquí para ayudarte. Porque en este camino de metas, trabajo y crecimiento, tener a alguien que te oriente puede marcar la diferencia. Asegúrate y avanza, que tu futuro lo vale.
