¿Empezando tu negocio? ¡No olvides la Fianza!

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Uno de los detalles que más se pasa por alto al comenzar un negocio —y que más rápido puede complicarte el proceso de abrir— es la fianza. Es curioso, porque no siempre te lo mencionan al principio, pero llega el momento en que te dicen “sí, todo está bien, pero falta la fianza”, y en ese instante el proceso se detiene. A mí me ha pasado varias veces con clientes que tienen el local listo, el permiso en trámite, las redes sociales activas, y de momento no pueden firmar contrato o prender la luz porque no cuentan con esta garantía.

La fianza, en palabras simples, es una forma de demostrar que cumples. Es como decir “yo respondo, y si no lo hago, aquí está mi respaldo”. No es un seguro, pero funciona parecido: protege a la parte con la que estás negociando, ya sea un arrendador, la Autoridad de Energía Eléctrica o la Autoridad de Acueductos. Y aunque suena técnico, en realidad es un recurso que te abre puertas.

Carlos, por ejemplo, quería abrir un estudio de tatuajes en Río Piedras. Había conseguido un local perfecto, ideal para su estilo, y hasta tenía los permisos al día. Pero al momento de firmar el contrato de arrendamiento, el dueño le pidió una fianza equivalente a tres meses de renta. Era una cantidad considerable, y si tenía que pagarla completa en efectivo, se quedaba sin capital para invertir en equipo. Ahí fue que me llamó. En vez de entregar el dinero directo, Carlos canalizó la fianza con nosotros, cumpliendo con el requisito y pudiendo continuar sin frenar su proyecto.

Otra clienta, Camila, estaba montando una cocina creativa desde su hogar para vender postres por pedido. Necesitaba electricidad constante para las neveras, horno, batidoras… todo. Cuando fue a abrir su cuenta comercial con LUMA, le pidieron una fianza como parte del proceso. Aunque ya tenía la cuenta personal, las cuentas comerciales tienen requisitos distintos. Ella no lo sabía, y eso le retrasó la instalación. En su caso también resolvimos la fianza de forma sencilla, y en cuestión de días pudo continuar horneando tranquila, sin miedo a perder pedidos por falta de energía.

Esto lo cuento porque pasa más de lo que uno cree. Especialmente con emprendedores nuevos que están haciendo las cosas bien, pero que no conocen todos los pasos. Y es normal, uno no tiene por qué saberlo todo. Para eso estamos nosotros. En PR-Insurance Solutions, mi trabajo es precisamente ese: ayudarte a identificar lo que necesitas para que tu negocio no se trabe en el camino. Las fianzas pueden parecer complicadas al principio, pero con buena orientación se gestionan rápido y sin dolores de cabeza.

Cuando uno emprende, cada detalle cuenta. Y contar con una fianza no es un lujo, es una necesidad en muchos casos. Protege tu negocio, te da formalidad y, lo más importante, te evita contratiempos que pueden costarte tiempo y dinero. Si estás comenzando tu negocio o estás en ese momento clave de organizar todo para operar, considera esto desde ya. Puedes escribirme y con gusto te oriento sobre cuál es la fianza que te conviene y cómo tramitarla sin complicarte.

Porque si algo he aprendido es que el emprendimiento es lo suficientemente retante como para andar sin respaldo. La buena noticia es que estás a tiempo de hacerlo bien. ¡Comunícate con nosotros y sin compromiso, te orientaremos!


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