Protege tu bote: lo que debes saber en temporada de huracanes

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La temporada de huracanes en Puerto Rico se extiende del 1 de junio al 30 de noviembre, con mayor actividad entre los meses de agosto y octubre. Para quienes tienen una embarcación, ya sea por placer o como parte de su negocio, estos meses representan un riesgo real. Los vientos fuertes, las lluvias intensas y el oleaje elevado pueden causar daños considerables si no estás preparado. Por eso, contar con un seguro adecuado para tu bote no es un lujo, sino una necesidad.

Durante esta época del año, los riesgos más comunes incluyen daños estructurales por vientos o por golpes entre embarcaciones dentro de la marina, entrada de agua al sistema eléctrico, y hasta la posibilidad de que el bote se voltee o se desprenda del amarre. También es importante considerar los costos asociados a un rescate en el mar o a un remolque de emergencia, que pueden superar por mucho lo que cuesta una póliza anual. Y no podemos dejar fuera la posibilidad de robo, especialmente cuando hay movimientos masivos de botes o evacuaciones.

Un seguro de bote completo debe cubrir varios aspectos. Primero, el casco de la embarcación, que es la parte más vulnerable en caso de impacto o vuelco. También es crucial tener cobertura de responsabilidad civil, que protege si causas daños a otras embarcaciones o propiedades. Otra parte esencial es el salvamento y remolque, que cubre situaciones donde necesitas asistencia para regresar a puerto o evitar daños mayores. Si tu póliza no lo incluye, ese costo saldría de tu bolsillo. Algunas pólizas también ofrecen protección específica para huracanes, que aplica aunque el bote esté amarrado en marina.

Además del seguro, hay medidas que puedes tomar para minimizar riesgos. Es importante revisar tu póliza antes de que lleguen los meses más activos de la temporada. Asegúrate de que las coberturas estén vigentes y que entiendes los límites y deducibles. Verifica que los amarres estén firmes y en buen estado, y considera opciones como plataformas flotantes o almacenamiento fuera del agua si es posible. También es buena práctica tomar fotos o videos del estado del bote y sus accesorios antes de que lleguen las lluvias fuertes. Eso puede ayudarte mucho si tienes que hacer una reclamación más adelante. Y ten siempre un plan claro: si hay una alerta, ¿vas a mover el bote, remolcarlo, subirlo a tierra o asegurar refuerzos?

Puedo contarte de un caso reciente en el que un cliente sufrió daño en el casco de su bote por los vientos fuertes de una tormenta. Gracias a que su póliza incluía cobertura de casco y salvamento, el seguro se encargó del proceso completo de reparación sin que él tuviera que incurrir en gastos adicionales más allá del deducible. En otro caso, un cliente que salió a navegar sin saber que tendría problemas su motor e iba a tener que ser remolcado de vuelta. Su póliza cubría esa asistencia y no tuvo que preocuparse por la factura.

Lo importante aquí es que no tienes que hacerlo solo. Si tienes dudas sobre lo que cubre tu póliza actual, si no sabes por dónde empezar o si nunca has asegurado tu bote, estoy para ayudarte. Podemos hacer una revisión gratuita de tu cobertura, sin compromiso, y explicarte todo en palabras simples. Yo me encargo de esa parte, tú solo disfruta el mar con la tranquilidad de estar bien protegido. ¿Te animas a revisarlo conmigo? Escríbeme y lo cuadramos.


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